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¿Un nuevo respiro en Bogotá?

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El Transmilenio es en un sistema de transporte de amores y de odios. Con el paso de los años, se ha visto en la necesidad de realizar diversos estudios para comprender el impacto ambiental que tienen los gases emitidos por sus vehículos.


Frente a esto, Boris Galvis, docente del programa de Ingeniería Ambiental y Sanitaria de Unisalle, junto con otros docentes de la Universidad de Los Andes y de la Universidad de Cincinnati, han venido realizando un seguimiento específico a la flota vehicular de los articulados tipo EURO-II y EURO-III. Estos vehículos fueron comprados en el 2000 cuando se inauguró este modelo de transporte pero debían de ser cambiados en 2012-2014 lo cual, no sucedió.


Dada esta situación, se gestó un trabajo investigativo para analizar el impacto que tenían dichos vehículos en el ambiente el cuál tuvo como propósito “demostrar los altos niveles contaminantes que emitían estos buses de más de veinte años recorriendo la ciudad de sur a norte. Durante esta investigación, se utilizaron monitores portátiles los cuáles arrojaron algunas cifras sobre los niveles de carbono negro, de partículas finas (PM2.5) y de partículas ultrafinas (UFP) de las principales vías de la ciudad antes del cambio de la flota de vehículos. Con estos datos recolectados a lo largo de cinco años se procedió a hacer una comparación de los mismos elementos pero durante 2019 y 2020, que fue el tiempo en el que se cambió la flota de buses y se evidenció una reducción de casi del 80% de contaminación en estas vías”, explica el profesor Galvis.


En la actualidad, la ciudad cuenta con vehículos tipo Euro-VI a gas natural comprimido y diésel Euro-V equipados con filtros. Con este cambio en la flota del Sistema de Autobuses de Tránsito Rápido de Bogotá los niveles de contaminación de las principales avenidas han mejorado llegando a igualar a los niveles “normales” de la ciudad.


El camino que queda por recorrer en términos de sostenibilidad y cuidado del ambiente sigue siendo grande; la ciudadanía requiere de alternativas más limpias de movilidad en la ciudad y a su vez, un estricto plan de mejoramiento de la calidad del aire de Bogotá para empezar a reemplazar algunos vehículos que transitan por la ciudad y que generan altos niveles de contaminación.


Para consultar más información sobre esta investigación pueden ingresar a este enlace. 

 


 

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