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¿Existe un transporte público seguro para mujeres?

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Purple drive es una nueva aplicación de transporte privado en la que todas las conductoras son mujeres y está comenzando a operar en algunas ciudades del país como consecuencia del temor al que se enfrentan muchas colombianas al tomar un servicio de transporte privado o público.

Si bien, esta aplicación se creó con la intensión de brindar una posibilidad más segura y confiable para el transporte de las mujeres, esta solución no representa el punto final ante las constantes quejas de violencia, acoso, hurto y demás situaciones que se viven a bordo de los diferentes vehículos de transporte que existe en el país. Ante esto, Ana Marcela Bueno, docente del programa de Trabajo Social afirma que “es necesario plantear que nuestra sociedad colombiana cuenta con una cultura en la que la violencia contra las mujeres se ha naturalizado como parte de las prácticas cotidianas, tanto en los ámbitos privados como públicos.”

El fenómeno del acoso de las mujeres en los medios de transporte no es nuevo, esta es una problemática que viene ocurriendo hace décadas en el cual las mujeres han sido víctimas de violencia basadas en género en distintos escenarios, entre ellos el transporte público. Lo que se puede destacar es la visibilidad del fenómeno en la actualidad, pues desde la acción social se ha avanzado en pro de dar claridad sobre estas situaciones, sin embargo, también se convierte en un proceso que se ha normalizado.

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Frases como “envíame tu ubicación en tiempo real”, “compárteme el trayecto” o “tómale foto a las placas del vehículo” se han vuelto recurrentes dentro de los entornos femeninos como un forma de protección aunque no es el ideal, funciona de manera preventiva. Ante esta situación, la docente Bueno considera que, “la ineficiencia de las autoridades colombianas ocurre, en parte, por la falta de reconocimiento del problema como una violación a los derechos de más de la mitad de la población y a la carencia de una cultura libre de sexismo".

Esta plataforma es una propuesta que da una solución superficial a la situación, pero no es la respuesta ante una situación que debe de ser trata de fondo a través de acciones como formación a niños y niñas respecto a las formas de relacionamiento de género que nos han configurado a unos y otras para la naturalización de prácticas violentas, especialmente contra las mujeres, pues de eso se trata el acoso en el transporte público, de una práctica sistemática y violenta.

Por otro lado, otra respuesta ante esta situación es la veeduría ciudadana e institucional a las autoridades colombianas con el fin de verificar la plena garantía de los derechos humanos, especialmente a las mujeres. Instituciones como la Personería y Procuraduría General de la Nación requieren fortalecer sus procesos de evaluación sobre las acciones institucionales en pro de la atención de las violencias basadas en género.

 

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