Cada vez que se conmemora el Día del Árbol, el 29 de abril, se habla de la necesidad de reforestar las zonas que han sido afectadas por la tala intensiva en zonas de alta vulnerables e impacto medioambiental.
En diálogo con Javier González, docente del programa de Ingeniería Ambiental y Sanitaria, nos manifestó la necesidad de ser más conscientes con lo que se hace para reponer esas arboledas perdidas, “usualmente se habla de plantar cierto número de árboles por cada árbol talado, sin embargo, es importante pensar realmente es qué especie de árbol voy a sembrar en la zona, cómo voy a cuidarlo, protegerlo y sobre todo, hacerle el respectivo seguimiento para que no fallezca. Más allá de sembrar árboles por ayudar al ambiente, es necesario responder a estas preguntas para que ese árbol que sembramos no se convierta en otra cifra más de árboles muertos en los territorios”.
Aprender sobre nuestro país involucra mucho más que ir a visitar un lugar con pocas zonas boscosas y plantar un árbol, implica un análisis de las tierras que se pisan y las especies que allí habitan para que exista un correcto equilibro ecológico- ambiental. Es necesario que antes de plantar un árbol en cualquier lugar se aprenda de la especie y de demás factores ambientales que deben de ser determinantes para el rápido desarrollo y la existencia del mismo.
Lamentablemente, durante el 2020 la desforestación en Colombia fue de aproximadamente 171.685 hectáreas que equivale a 28 canchas de fútbol profesional. Este número nos expresa que estas prácticas no va a dejar de existir de un día para otro, pero si es necesario entender que, aunque esta problemática sea transversal para todos los entes públicos y privados, es necesario que el Gobierno Nacional cuide de estas regiones con alta tasa de fragilidad ambiental, “el Estado debe valorar la sostenibilidad de los bosques para que estas zonas sean protegidas y vigiladas correctamente”, expresa el docente González.
