El pasado 19 de agosto el obispo Rolando Álvarez fue detenido en su casa por expresarse fuertemente contra los actos violentos que ha cometido el actual gobierno de Daniel Ortega, un hecho que causó furor a nivel global y dejó muchas incógnitas sobre la situación de la iglesia católica en ese país.
Lucas d'Auria, docente del programa de Negocios y Relaciones Internacionales de Unisalle, habló en nuestro podcast PrismaVoz sobre este y comenta, “el único grupo que había tenido la oportunidad de hablar públicamente contra el régimen de Daniel Ortega era la iglesia católica, porque Ortega en sus 15 años de gobierno ha limitado a la prensa y a la población civil que se ha sido crítica al régimen”.
La profesora Gina Reyes, del Departamento de Formación Lasallista, explicó que actualmente en este país no hay garantías sólidas para unas elecciones claras. “La democracia en Nicaragua no se reduce a lo electoral porque no hay condiciones efectivas que garanticen la real posibilidad del acceso al poder por parte de opciones diferentes a las que encarna Daniel Ortega y lo que fue el frente Sandinista”, comenta.
Por su parte, Mauricio Jaramillo, docente de relaciones internacionales de la Universidad del Rosario, explica que uno de los motivos por los que en Nicaragua se viven estas represiones es por la alta influencia que tiene Daniel Ortega en los organismos nacionales, “el gobierno tiene una incidencia notable en la fiscalía, un mes antes de las elecciones de noviembre de 2021 salió un informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en el que se hablaba de una represión contra la oposición; no hay medios y quienes informan lo hacen desde la clandestinidad”.
La situación actual del país es tensionante, y ante estos hechos cometidos en el gobierno de Ortega la Organización de los Estados Americanos (OEA) condenó a Nicaragua por el hostigamiento a la iglesia católica, el cierre forzado de oenegés y la persecución de la prensa.
