A partir del año 2018 la doctora Rosalina González Forero, docente del programa de Ingeniería Ambiental y Sanitaria, en conjunto con estudiantes de pregrado e integrantes del Semillero de Investigación en Zona Crítica SIZC, desarrollaron la investigación titulada Estado de la Contaminación del Suelo en América Latina y El Caribe, patrocinada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura – FAO.
La investigación demostró que las actividades que más contaminan los suelos en la región son: en primer lugar a la agricultura y en segundo lugar los procesos que involucran extracción de combustibles fósiles como el petróleo y el gas; un tercer factor contaminante de suelo se encuentra en los vertederos (legales o ilegales) y en la minería.
Por otro lado, la investigación identificó los principales tipos de contaminantes que son causantes de la degradación del suelo, en donde se observa que los pesticidas e hidrocarburos ocupan los primeros lugares con 40% y 30%, respectivamente, seguidos de las sustancias químicas industriales, medicamentos y productos de cuidado personal. Adicionalmente, “a lo largo de esta investigación hemos podido recolectar información de gran importancia para empezar a trabajar en políticas públicas y legislación que cuiden y protejan al suelo, como sucede con el agua”, comenta González, investigadora de Unisalle.
Por su gran valor ambiental, esta investigación fue presentada en el Launch of the Global Assessment of Soil Pollution report, encuentro mundial liderado por la FAO. Se espera que con la divulgación de estos resultados los entes gubernamentales empiecen a gestionar tareas en conjunto con organizaciones y académicos en esta área para hacerle frente a la problemática de la contaminación ambiental y, sobre todo, para que se adelanten soluciones eficaces para países como Colombia que tienen como producción primaria la agricultura, el campo y el uso del suelo.
“Es importante empezar a educar a toda la sociedad sobre el valor que tiene el suelo en nuestras vidas; gracias a él es que se produce lo que comemos, así que es fundamental su protección, cuidado y regulación”, concluye González.
