Unisalle junto y el Ministerio de Justicia se unen para prevenir el consumo de sustancias psicoactivas y contrarrestar el uso de drogas. “Nos llena de alegría llegar a cada uno de los territorios de nuestro país a través de este convenio, con la tarea de unir esfuerzos para prevenir el flagelo de las drogas en medio de nuestras comunidades y, sobre todo, de nuestros niños y nuestros jóvenes”, ha afirmado el Hno. Niky Alexánder Murcia, rector de la Universidad de La Salle, al resaltar la importancia de esta alianza.
El trabajo conjunto entre Unisalle y Minjusticia incluye la generación de contenidos encaminados formativos para los funcionarios del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), encaminados a la reducción del consumo de sustancias psicoactivas y problemas asociados, lo mismo que con el personal de colabora en el sistema penitenciario (INPEC) de seis regionales, amén de otras acciones de gran impacto en los 32 departamentos del país.
Desde la Dirección de Bienestar Universitario también se adelantan esfuerzos para la resolución de conductas que obstaculizan la formación integral de los miembros de la comunidad lasallista.
Antes de la pandemia se consideraba que al interior de la universidad los espacios, en su mayoría, eran considerados seguros, mientras que los espacios inseguros estaban por fuera de las sedes. Esta tendencia se percibía no sólo en temas de consumo de sustancias psicoactivas sino también en conductas asociadas, como la violencia, el suicidio y los juegos de azar.
Sin embargo, con la llegada del Covid-19 emergieron otros escenarios. “Durante la pandemia los canales que se habilitaron para la atención de los estudiantes fueron las videollamadas y los chats a través de la aplicación teams; además, si el estudiante no contaba con acceso a internet se realizaban atenciones por llamadas telefónicas para atender situaciones de conflictos por convivencia, manejo de ansiedad, duelos por pérdida de espacios, prevención de consumo de sustancias, entre otros”, menciona el Dr. Iván Leonardo Fernández, coordinador de acompañamiento psicológico de la Dirección de Bienestar Universitario.
La atención por parte del servicio de orientación psicológica, ante estas dificultades, se complementa con servicios externos de atención en psicoterapia a través de un convenio con una universidad o con las remisiones a las EPS, y los servicios distritales y nacionales de salud mental.
“Por otra parte, desde Bienestar hemos apostado a la formación de habilidades socioemocionales entre los estudiantes como una manera de potenciar las herramientas de tipo emocional que puede tener una persona para no caer en adicciones. También creamos contenidos y espacios formativos de carácter informal, a través de las redes sociales, para el desarrollo del control emocional, la resiliencia, el manejo de relaciones interpersonales, trabajo en equipo y muchas más habilidades socioemocionales”, complementa Fernández.
Otra es la situación que deviene del negocio de la venta de estas sustancias en los alrededores de las instituciones educativas. Es por esto que desde los espacios académicos se deben abrir opciones de atención y seguimiento, que poco a poco mitiguen estas complejas realidades. La alianza entre Unisalle y MinJusticia también incluye esfuerzos comunes para erradicar este “flagelo”, como ha dicho el Hno. Niky Murcia.
