La biodiversidad ha sido muy importante a lo largo de los años, no solo en Colombia sino en todo el mundo, por eso el 11 de septiembre se conmemora este día recordando al sabio José Celestino Mutis y su Expedición Botánica, pues él dejó una significativa colección de plantas que son una notable base en el inventario nacional. En diálogo con Natalia Agudelo, profesora de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de Unisalle, ampliamos más sobre el tema.
Antes que nada, es importante mencionar que cuando se habla de biodiversidad se entiende como el conjunto de la diversidad de vida y cultura en el mundo entero. Se compone de centenares de especies biológicas, ya que esto lleva millones de años de evolución. Natalia comenta, "La biodiversidad es el pilar fundamental para permitir que las especies, animales, vegetales y seres humanos sigamos coexistiendo de una manera sana, por eso están importante no solo en nuestro país, sino en el mundo". Colombia ha logrado poner alto este índice, pues aparentemente tiene más de cincuenta mil especies registradas y cerca de treinta y un millones de hectáreas protegidas, ocupando el segundo lugar en este ranking de biodiversidad en el mundo.
A finales de los años 90 comenzó un movimiento mundial para hacer comprender la importancia del lugar de las personas en el mundo, era hora de que se dieran cuenta de que si no se concienciaban, nadie más lo haría. Por eso, unos años más tarde, en Colombia, comenzaron a copiar ese movimiento conservacionista, ya que no solo ayudaba al medio ambiente, sino que también tenía un gran potencial económico que puede ser desarrollado de manera sostenible, contribuyendo a mejorar la calidad de vida de los habitantes.
“En la actualidad existen una gran variedad de cuidados que se implementan para conservar los encantos que nos ofrece este país” comenta Agudelo, así mismo, afirma que existen decretos de legales que los protegen el medio ambiente en materia de fauna silvestre y recursos naturales. Además, cabe señalar que existen varias recomendaciones, como, por ejemplo, no adquirir especies exóticas, y mucho menos abandonarlas; asumir las tres erres ecológicas: reducir, reutilizar y reciclar, consumir productos sostenibles y actuar de forma responsable con la naturaleza.
