Nuestro país está ubicado en una zona privilegiada del globo terráqueo; contar un clima tropical permite la productividad del suelo colombiano en cualquier momento del año, sin embargo, no todos los cultivos son aptos para resistir las condiciones climáticas y del suelo de todo el territorio.
Dolly Rodríguez Robayo, docente del programa de Ingeniería Agronómica del proyecto Utopía, explica que las condiciones del suelo están ligadas hacia la región en la que estemos ubicados. Por ejemplo, la Orinoquía tiene suelos aluviales, los cuales son adecuados para la siembra, no obstante, no contienen gran cantidad de materia orgánica y en algunos momentos son ácidos, lo que limita la producción agrícola. Los suelos del eje cafetero son negros de ceniza volcánica lo que aumenta los compuestos orgánicos, esto es positivo para la agricultura. En cuanto el norte del país, los suelos son salinos y se reduce la capacidad de siembra. Por último, hacia las cordilleras hay más dificultades, teniendo en cuenta las pendientes pronunciadas, por tal razón allí es preferible manejar cultivos agroforestales.
¨La limitante es tener fuentes de agua sin depender de la lluvia y que en el país no contamos con distintos distritos de riego. A pesar de que existen unas zonas específicas que cuentan con un ciclo de irrigación, las regiones que tienen este problema deben restringir un poco la siembra en inicios de temporada de lluvia. En algunas partes se presentan escenarios de precipitaciones bimodales, es decir que tenemos dos épocas de lluvias, una en mayo y otra en octubre, bajo ese régimen es que se programan las siembras en todo el país¨, comenta Rodríguez.
Colombia cuenta con 11 órdenes de suelo, de las 12 que existen en total; dispone de tierra agrícola y condiciones climáticas ideales para sacar provecho de nuestra biodiversidad y de la economía agraria, es nuestra responsabilidad administrar estos recursos de la mejor manera para garantizar la seguridad alimentaria de nuestro país.
